12/06/2007
  Pino Solanas y la ciencia y la tecnología argentinas*
     
   

Cada vez con mayor frecuencia la opinión pública será llamada a tomar decisiones sobre cuestiones científico-tecnológicas, como el uso pacífico de la energía nuclear.

Alberto Pascual Maiztegui. Profesor emérito de la Universidad Nacional de Córdoba. Miembro titular de la Academia Nacional de Ciencias

El martes último, Pino Solanas expuso sus puntos de vista sobre la ciencia y tecnología argentinas en una reunión en el salón de actos de la Facultad de Matemática, Astronomía y Física (Famaf) de la Universidad Nacional de Córdoba. Llamó la atención el poder de convocatoria de Pino entre la juventud universitaria, sin duda producido por su personalidad artística pero sobre todo por su actitud cívica. El salón, con una capacidad de unos 200 asientos, fue insuficiente y estudiantes de Famaf y también de otras facultades cubrieron todos los espacios de pasillos y aún del escenario. Fue necesario instalar un proyector y altoparlantes en espacios adyacentes al salón. La convocatoria se basó en que Pino Solanas habría de presentar una exposición crítica sobre la ciencia y la tecnología argentinas, muy apropiada frente a las preguntas publicadas por el Centro de Estudiantes de Famaf: "Ciencia, ¿para qué?" y "Ciencia ¿para quiénes?", preguntas muy pertinentes que reflejan una explicable preocupación juvenil.

Pino Solanas hizo una descripción vívida de las fuentes de producción científico-técnicas de la Argentina , como YPF, Gas del Estado, el Área Material Córdoba y muchas otras, productos de la potencialidad del país y muestra de la creatividad de los científicos y tecnólogos argentinos, inexplicablemente desconsiderados por distintos gobiernos recientes, particularizando sus críticas en el período de la presidencia de Menem.

Extraño silencio. En sus reflexiones mostró su extrañeza ante el silencio que reemplazó a lo que debería haber sido explosión de júbilo en ocasión de la puesta en marcha de un avanzadísimo reactor de investigación vendido a Australia con altísimo valor agregado, construido en la Argentina por argentinos con tecnología argentina, habiendo ganado por calidad una licitación donde se presentaron empresas de países desarrollados como Canadá, Francia y Alemania .

Mostró también su preocupación porque "la gente no conoce quién es y qué hace Conrado Franco Varotto", a pesar de que dio a la Argentina el proceso para obtener uranio enriquecido, necesario para sus reactores, y preside actualmente la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), que ha puesto a la Argentina entre los países activos con la construcción de satélites coordinados con otros países para obtener información necesaria para tomar decisiones en múltiples problemas del país. Se mostró convencido de la necesidad política de que la gente en general esté enterada de la existencia de científicos como Varotto, como José Antonio Balseiro -su maestro- creador del Instituto de Física de Bariloche, "proveedor de materia gris" - junto con otras instituciones universitarias- a empresas tecnológicas como Invap , la constructora del reactor en Australia, que también construye satélites, instrumental médico como bombas de cobalto, radares, etcétera. Que la gente debe conocer y apreciar que la Argentina tiene tecnólogos como Jorge Alberto Sábato, creador del Departamento de Metalurgia y de la Gerencia de Tecnología de la Comisión Nacional de Energía Atómica, otra institución generadora de industrias.

En su exposición, Pino Solanas dio indirecta respuesta a las preguntas incisivamente planteadas por los estudiantes de Famaf: "Ciencia ¿para qué? y ¿Ciencia para quiénes?", al reclamar como necesidad política el desarrollo científico y tecnológico del país, para mejorar el nivel de vida de su población.

Lo que me mueve a escribir esta nota es la constatación de la existencia de personas como Pino Solanas, por fuera del ámbito científico-tecnológico, que encuentra en su campo de trabajo oportunidad para llamar la atención a todo el mundo -pero sobre todo a las instituciones gubernamentales responsables del tema- sobre la necesidad política de prestar más atención a la realización de esfuerzos sistemáticos para que la gente no considere incomprensible la producción científica y tecnológica sobre la cual tiene que tomar posiciones. Cada vez con mayor frecuencia la opinión pública será llamada a tomar decisiones sobre cuestiones científico-tecnológicas, como el uso pacífico de la energía nuclear o sobre la influencia de las radiaciones electromagnéticas sobre la salud. Que no tome posición sobre la base del "analfabetismo científico" al que se refirió recientemente el investigador Marcelino Cereijido en el reportaje de La Voz del Interior del martes 24 de abril de 2007 y que -cada vez más- personas influyentes sobre la opinión pública como Pino Solanas, ajenas al campo de trabajo de la ciencia y la tecnología, se preocupen de indagar qué tiene en él la Argentina para ofrece a su población.

* La Voz del Interior

     
   
     
 
© Copyright 2004 | PINO SOLANAS | Todos los derechos reservados