Al Señor
Presidente de la República Argentina
Dr. Néstor Kirchner
S / D.
Perder oportunidades de recuperar
soberanía
pueden llevarnos a perder la Nación.
De nuestra mayor consideración:
Señor
Presidente, como Usted lo ha afirmado en reiteradas
oportunidades, las políticas aplicadas
por quienes gobernaron a nuestro país en la
década del 90’, por consejo o presión
del F.M.I. y de los organismos multilaterales de crédito,
nos llevaron a obtener como resultado catastróficas
consecuencias sociales, políticas y económicas.
Los Tratados Bilaterales de Promoción y Protección
Recíproca de Inversiones, firmados por Argentina
en la década del 90’ son de alguna manera,
el anticipo del ingreso del ALCA en nuestra patria.
Sus cláusulas de “trato nacional”,
de “trato más favorable” o de “nación
más favorecida”, que figuran en casi todos
los tratados - como en el firmado con EEUU - permiten
que las empresas extranjeras que prestan servicios
en Argentina, puedan presionar invocando esos tratados,
para obtener beneficios especiales como por ejemplo
renovación de contratos o aumentos de tarifas,
con demandas ante Tribunales Arbitrales Internacionales,
como sucede actualmente por más de u$s 16.000
millones, que se le reclaman a la República
Argentina.
Es sabido que por más que exista voluntad de
cambiar las políticas que se aplicaron en épocas
anteriores, desactivar sus efectos no resulta fácil,
ya que en muchos casos la ultra-actividad de las normas,
les permite perdurar por largo tiempo. Por lo tanto
resulta de suma importancia no perder oportunidad alguna,
de reformar y reemplazar la legislación vigente
con origen en esos años de infamia y entrega;
como así también denunciar tratados con
otras potencias extranjeras, firmados en esa época.
Es el caso del Tratado de Promoción y Protección
Recíproca de Inversiones, entre Argentina y
los Estados Unidos de Norteamérica, firmado
el 14 de noviembre de 1991 y que entró a regir
el 20 de Octubre del año 1994 por el término
de diez años. El propio tratado establece que
si alguna de las partes no notifica a la otra, su decisión
de darlo por terminado, antes de su vencimiento, se
producirá la renovación automática
por otros diez años.
Los tratados a partir de la reforma de 1994 de la
Constitución Nacional, se encuentran por encima
de las leyes que legisla el propio Congreso de la Nación,
disminuyendo la capacidad de ese poder y vulnerando,
en algunos casos, funciones que le son propias, por
imperio de la Constitución. Esto pone en riesgo
al propio Sistema Republicano de Gobierno, sin olvidar,
que en la historia de la vida de las naciones, aquellos
países que pierden soberanía, corren
serios riesgos de desaparecer como naciones libres
y soberanas.
Estos tratados de inversión, resultan un instrumento
que legaliza la subordinación del país
a los intereses de los grupos económicos corporativos.
Para poder salir de la lógica de las políticas
económicas neoliberales implementadas en la
década del 90, debemos denunciar los tratados
de inversión extranjera como éste, antes
de que se produzca su renovación automática.
Señor Presidente, no estamos proponiendo interrumpir
relaciones económicas con E.E.U.U. sino simplemente
dar por cumplido el tratado que firmara el Gobierno
Menem y no renovarlo, para oportunamente de resultar
necesario, firmar otro que resulte acorde a las nuevas
políticas económicas y de inversiones
que la administración actual desee impulsar.
Por eso, como ciudadanos de una nación Libre
y Soberana de la cual Usted es el Primer Mandatario,
le solicitamos, que en defensa de los intereses de
la Nación antes del 20 de octubre del 2004 el
gobierno argentino comunique al gobierno de los EEUU
su decisión de no renovar el Tratado de Promoción
y Protección Recíproca de Inversiones.
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Adolfo Pérez
Esquivel
Coord. “Grito de los Excluidos”
Premio Nobel de la Paz
en Argentina |
(nota publicada en
Página/12 el 15/10/2004)
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